Amor que transforma
En nuestra iglesia, creemos en el poder transformador del amor de Dios. El evangelio de Jesucristo nos enseña que, a través de su amor y sacrificio, nuestras vidas pueden ser restauradas y renovadas. Es a través de este amor que encontramos propósito y significado en nuestras vidas.
Cuando abrimos nuestros corazones a Dios y permitimos que su amor fluya a través de nosotros, comenzamos a experimentar la verdadera restauración. El amor de Dios nos perdona, nos libera de la culpa y nos capacita para superar los desafíos de la vida. Es un amor que no tiene límites y que siempre está dispuesto a recibirnos con los brazos abiertos.
Comunión y enseñanza
En nuestra iglesia, valoramos la comunión y la enseñanza. Creemos que es a través de la comunión con otros creyentes que encontramos apoyo, aliento y fortaleza. Nos reunimos regularmente para adorar juntos, orar unos por otros y compartir nuestras experiencias de vida.
Además, creemos en la importancia de la enseñanza bíblica. A través de la enseñanza, recibimos la sabiduría y el conocimiento necesarios para vivir una vida centrada en Dios. Nuestros líderes y pastores están comprometidos en brindar enseñanzas claras y relevantes que nos desafíen a crecer espiritualmente y a vivir de acuerdo con los principios bíblicos.
Haciendo discípulos
Otro de nuestros propósitos como iglesia es hacer discípulos. Creemos que cada creyente tiene el llamado y la responsabilidad de compartir el amor de Dios y hacer discípulos de todas las naciones. Esto implica llevar el mensaje del evangelio a quienes nos rodean y ayudarles a crecer en su relación con Dios.
Como iglesia, nos esforzamos por ser ejemplos vivientes del amor de Dios en nuestra comunidad. Buscamos oportunidades para servir a los demás, brindar apoyo y alentar a aquellos que necesitan restauración y esperanza. Creemos que cada persona tiene un propósito único en la vida y estamos comprometidos en ayudarles a descubrirlo y vivirlo plenamente.